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viernes, 8 de noviembre de 2013

Los Arcanos I y XI del Tarot y su relación con el proceso creativo del 1 y el 11

 El Ilusionista I

El Ilusionista es el arcano correspondiente al número I del Tarot de Marsella, que representa el primer impulso, la primera ilusión del mundo material. Todas las disciplinas espirituales nos hablan del espejismo que conforma este mundo material, por ejemplo en el hinduismo y en el budismo, consideran que este mundo es solo una imagen ilusoria o irreal a la que llaman “maya” o “maia”. El Ilusionista somos todos y cada uno de nosotros creando nuestra propia realidad. Nosotros somos los creadores de esta ilusión, y es por eso que el Ilusionista tiene un sombrero en forma de infinito, porque nuestra mente es capaz de crear infinitos mundos, infinitas ilusiones. El Kybalion nos lo deja claro: "El universo es una creación mental sostenida en la mente del TODO". El TODO es Mente.

En la película “Matrix” (película de culto para los que perciben la irrealidad de este mundo material), el protagonista NEO es ONE (Uno en inglés), representa este primer impulso creativo, NEO, es el Espíritu, el impulso del Fuego, el Fotón (El fotón es una partícula mínima indivisible de energía luminosa que se mueve a la velocidad de la luz y es responsable de las manifestaciones cuánticas).

El número I es el comienzo, la iniciativa, la conciencia de uno mismo, la actividad. El Ilusionista esta en el exterior, sale al mundo exterior para intervenir en el mundo.


A la izquierda del Ilusionista se sitúa el Loco, el arcano número 0 del Tarot. El espíritu del Loco cuando entra en la materia cae en la ilusión de la individualidad. Cuando empezamos a desarrollar nuestra personalidad individual necesitamos sentir que somos seres únicos, pensamos que todo depende de nuestra voluntad, esa es nuestra ilusión. Es la manera en la que el Ilusionista hace frente a los desafíos de la vida. 

El Ilusionista se sitúa ante una mesa  en la que se pueden ver varios objetos. Podemos ver tres dados que hacen alusión al azar. Los acontecimientos del mundo parecen muy a menudo atribuidos al azar, pero el azar no existe, tal y como dijo Einstein: “Dios no juega a los dados”. La suma de los números que aparecen en estos tres dados da el 22, que es el número total de los Arcanos Mayores del Tarot. El número total de combinaciones que se pueden hacer con los tres dados es 56, que corresponde a los Arcanos Menores del Tarot, de tal manera que sea cual sea la tirada de los dados, siempre coincidirá con alguno de los arcanos. Esto es el destino, que lo vivimos cada vez que interpretamos el papel que nos toca en la tirada.

Encima de la mesa una serie de monedas sugieren el mundo material que son los palos de la baraja que corresponden a los Oros. También podemos apreciar unos vasos, son las copas, el mundo de los sentimientos. La varita que el Ilusionista tiene en su mano izquierda es la creatividad y la acción, correspondiente a los Bastos. El cuchillo que se encuentra encima de la mesa hace referencia al elemento aire y corresponde a las Espadas de la baraja. El Ilusionista juega con los cuatro elementos de la materia.


Otro detalle de esta carta es la imagen de la vagina que se encuentra entre las piernas del Ilusionista. Esta vagina es la puerta al mundo material, se puede apreciar que por ella entra la luz (de color amarillo), que hace alusión al primer rayo de luz que ve el bebe cuando viene al mundo, y tiene que salir a través de la vagina de la madre. Esta vagina también representa la vesica piscis con la que se inicia el proceso de la vida. Cuando la primera unidad de vida: la célula, se divide en dos, toma la forma de vesica piscis. 


La vida en su proceso creativo se va duplicando a partir de la unidad. Por eso se dice que el Ilusionista es el primer impulso, el impulso creativo de la vida que comienza su proceso desde la simplicidad hacia la complejidad.

Dios creó el mundo en 6 días y al séptimo día descansó:



La Fuerza XI


En el Arcano de La Fuerza (La Force) una mujer consigue domar a un fiero león a través, no de la fuerza física, sino a través de la fuerza energética. Al dominar el león, la Fuerza esta dominando sus instintos animales. Es a través del dominio de las pasiones donde la mujer obtiene su fuerza. El león apoya su cabeza sobre el sexo de la mujer, a través de la fuerza creativa del sexo, se despierta lo que los orientales llaman la kundalini, que es para muchos la entrada hacia la elevación de nuestra consciencia, al despertar el poder interior para alcanzar una iniciación.

Interpretada desde el punto de vista astrológico el león es Leo, que es el signo 5º, y la mujer es Virgo, que es el signo 6º; 5+6= 11. Leo es un signo masculino y Virgo es un signo femenino. En el plano físico lo masculino domina a lo femenino, pero en el proceso alquímico lo femenino es llevado en perfecto equilibrio con lo masculino. La mano que domina la fuerza del león (la creatividad de Leo) es un canal de entrada y salida para el poder espiritual: La Fuerza.

  
La relación entre El Ilusionista y La Fuerza está basada en la polaridad: Lo masculino representado por el Ilusionista y la Fuerza representando lo femenino. El Ilusionista actúa en lo material con los sentidos y la Fuerza actúa en lo energético con su intuición. El sentido de las miradas de las dos cartas son opuestas. El ilusionista apunta con su mano hacia arriba y la fuerza hacia abajo. Son fuerzas contraopuestas pero a la vez complementarias.

Las dos cartas coinciden en que tienen el signo del infinito en la cabeza y son dos números que dan inicio a una decena.

Según la numerología el número 11 es una Vibración Maestra, y como tal trasciende los límites de lo humano. 

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