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viernes, 20 de junio de 2014

El sentido de la vida y la vida con sentido

Cuando las personas empiezan a tener cierto nivel de conciencia, se dice que comienzan a despertar. Y yo me pregunto que qué significa eso de “despertar”, porque si realmente estamos despiertos, ¿cómo es que seguimos vivos? Cómo decía Calderón de la Barca: “…porque la vida es sueño y los sueños, sueños son...” Pero, entonces el "despertar" ¿qué es? ¿qué implica? A mi entender, el despertar es ir adquiriendo sabiduría con la experiencia hasta llegar a la iluminación. Pero no es lo mismo sabiduría que conocimiento, ya que la sabiduría se desarrolla con la experiencia, y en el conocimiento solo esta implicada la mente. La sabiduría por tanto, es la aplicación del conocimiento con conciencia.

Me viene a la mente el viejo cuento Zen del maestro sabio…

Según una vieja leyenda, un famoso guerrero, va de visita a la casa de un maestro Zen. Al llegar se presenta a éste, contándole de todos los títulos y aprendizajes que ha obtenido en años de sacrificados y largos estudios.

Después de tan sesuda presentación, le explica que ha venido a verlo para que le enseñe los secretos del conocimiento Zen.

Por toda respuesta el maestro se limita a invitarlo a sentarse y ofrecerle una taza de té.

Aparentemente distraído, sin dar muestras de mayor preocupación, el maestro vierte té en la taza del guerrero, y continúa vertiendo té aún después de que la taza está llena.

Consternado, el guerrero le advierte al maestro que la taza ya está llena, y que el té se escurre por la mesa.

El maestro le responde con tranquilidad "Exactamente señor. Usted ya viene con la taza llena, ¿cómo podría usted aprender algo?

Ante la expresión incrédula del guerrero el maestro enfatizó: "A menos que su taza esté vacía, no podrá aprender nada"

Muy al contrario de lo que algunos creen, el camino de la apertura de conciencia es un camino lleno de dificultades, baches e impedimentos, porque lo que no cabe duda, es que las situaciones difíciles son las que más ayudan a tomar conciencia. El "despertar" pues, tiene un connotación de apertura, en la que primero, se comienza a experimentar el mundo dual (bien/mal, verdad/mentira, blanco/negro...), y después hay una toma de conciencia de esa contradicción dual, que todos tenemos en nuestro interior. Es entonces, cuando nos enfrentamos a nuestra oscuridad, primero con resistencia, al no reconocemos en nosotros y proyectándola como un espejo hacia los demás, y después reconociéndola, con la derrota y el dolor que conlleva. Y es en esta fase, cuando empezamos a integrar esas dos partes que componen nuestra personalidad: la consciente y la inconsciente... 

Cuando empezamos a reconocer nuestras sombras y a integrar nuestra personalidad, aceptando todo lo que somos y respetando toda nuestra experiencia, incluidos los fracasos y las derrotas, es cuando estamos dispuestos a respetar toda la variedad de ideas y experiencias, muchas de ellas contradictorias, que coexisten en este mundo, sin necesidad de batallar con lo que consideramos diferente o ajeno a nosotros. 

Cada uno de las personas que existen tiene su razón de ser, y la complejidad dual no se puede integrar desde la mente, justificándola o criticándola, la integración sólo puede darse desde el corazón, que es el único que es capaz de acomodar cualquier tipo de contradicción... Aceptar que cada uno está en su proceso, respetar las ideas de los demás, ampliar la información que se mueve en todos y cada uno de nosotros, porque cada uno tiene una parte de la información, y en conjunto todas estas ideas, componen nuestra conciencia colectiva como humanidad...

Es muy complicado mantener esa tolerancia, flexibilidad mental y apertura de corazón, en un mundo donde cada día se manifiesta con más rigor la dualidad. El sectarismo y el radicalismo, están a la orden del día. La división entre la luz y la oscuridad es cada día más intensa. Las mentiras cada día más difíciles de ocultar. Cuando verdad sale a la luz, la idolatría hace su aparición, porque por miedo a perder su identidad, las personas se aferran a sus ideas con fuerza, convirtiendo los ideales en fanatismo... La manipulación emerge del ego y el ego es mental, y por encima de todo le encanta imponer ideas y tener la razón. Cuando nuestras ideas no son ya reconocidas o están en entredicho, surge el miedo, y el miedo empuja al ego a ejercer el control... Es por eso que hay tanta resistencia al cambio hoy en día, todos deseamos un mundo mejor, pero ¿quién está dispuesto a renunciar a sus ideales en post a los ideales de la comunidad? El mundo está en guerra porque nuestra propia mente está en guerra, porque no somos capaces de sentir y comprender nuestras contradicciones, porque no somos capaces de integrarlas, porque si ni siquiera podemos ser flexibles con nosotros mismos, y si no somos capaces de perdonar nuestros errores para corregirlos, entonces ¿cómo vamos a ser capaces de ser flexibles con los demás? ¿Cómo vamos a ser capaces de perdonarlos?

La humanidad está dividida, y esa división es el verdadero sostén de la energía diabólica. La energía diabólica surge por la división de la humanidad, por su desunión, y es el origen de todas las guerras y del sufrimiento de la humanidad. La palabra diablo tiene su origen en la palabra dividir, y la división nunca traerá la paz. Sólo el corazón es capaz de integrar.... 

“Solo el corazón puede ver bien, lo esencial es invisible para los ojos” Libro de El Principito de A. Saint-Exupéry

Hay un cuento hindú muy revelador sobre estas ideas que os expongo. "Los 6 ciegos y el elefante" es una parábola de origen indio, que simboliza la incapacidad del hombre para conocer y entender la totalidad de la realidad, y la relatividad de la experiencia, ya que la verdad tiene muchas facetas, y todo es relativo....

Había una vez una aldea poblada por completo de ciegos.

Un mensajero anunció a los lugareños que un príncipe que venía de lejos, atravesaba el país a lomos de un elefante. No había elefantes en estas tierras, y nunca habían oído hablar de ese animal.

Esto despertó la curiosidad de los ciegos y todos querían acercarse al elefante para hacerse una idea de cómo era.

Todos a la vez no podía ser. Por lo que se decidió enviar una delegación de seis sabios, que el príncipe recibió amablemente.

Autorizó a los representantes a palpar su elefante el tiempo que quisieran.

A su llegada fueron rodeados y bombardeados con preguntas de los otros aldeanos.

- “Es un animal que se asemeja a una alfombra rugosa golpeada por el viento en un tendedero, o como un gran abanico”, dijo uno de los sabios que había tocado la oreja.

- “¡En absoluto!”, dijo otro que había palpado la trompa, “Es una especie de serpiente muy gorda, muy nerviosa, con la cabeza peluda y húmeda”.

- “¡Qué va! Es una bestia enorme como el tronco grueso de un árbol”, se indignó el que había palpado la pierna.

- "El elefante es como dos lanzas". Comento el que examinó los finos colmillos.

- "El elefante es como una soga fuerte y gruesa, que tiene un pincel en la punta.". Éste le había examinado la cola.

- "No, no, es como un alto muro", gritó otro de los sabios que había estado palpando el costado del elefante.

Todos se enredaron en una interminable discusión durante horas sin ponerse de acuerdo sobre cómo era el elefante. Cada uno estaba plenamente seguro de lo que conocía.
Cada hombre podía "ver" en su mente sólo lo que podía sentir con sus manos. Como resultado cada uno se reafirmaba en que el elefante era como él lo sentía. Ninguno escuchaba a los demás.

Por fin, los sabios decidieron ir a preguntar a otro sabio que había tenido la oportunidad de ver al elefante con sus propios ojos, este les dijo:

"El conflicto es tan viejo como la historia misma. El ser humano siempre ha intentado conocer su mundo y conocer la Verdad. Aunque esto no es fácil ya que no todas las personas ven de la misma forma."


Saber vivir tiene mucho que ver con la inocencia. Por eso Jesucristo nos hablaba de la importancia de volver a ser niños... En esa inocencia y falta de prejuicios, podemos acceder a la claridad de la conciencia.... El truco de saber vivir esta tanto en el juego, en la alegría, y en la diversión, como en la responsabilidad de mantener una buena relación, no solo con las personas, sino con los demás seres vivos. Alegría y responsabilidad; esa podría ser la clave de la paz y la felicidad.

Esto me recuerda a otro cuento que le oí a un magnifico profesor de secundaria, con autentica vocación por la enseñanza:

Cierto día dos almas se encontraron antes de encarnar en la Tierra. Entre ellas comentaban el tipo de vida querían experimientar.

La primera de ellas comentaba: “Veo que hay mucho sufrimiento en la Tierra, por lo que quiero encarnar como misionero para difundir un mensaje espiritual, y poder ayudar a la humanidad a alcanzar la paz”

La segunda de ellas, replica: “Pues yo lo que quiero es bajar a la Tierra a divertirme, pues he oído que las experiencias que se viven en la Tierra son únicas. Las emociones son como un parque de atracciones, como una montaña rusa… Me encantaría experimentar esas emociones tan intensas. Estoy loco por divertirme sumergiéndome en la experiencia de la materia”

Después de vivir su ciclo vital en la Tierra, las dos almas volvieron al cielo y se reencontraron de nuevo, cada una de ellas expuso su experiencia en la Tierra…

El alma misionera explica su experiencia: “¡Ufff!, ha sido muy duro, he intentado revelar mi mensaje a los hombres, pero no me han escuchado. Les he tratado de avisar hacia el abismo al que se dirigen, pero ellos no me han hecho ni caso, han seguido con su vida sin pararse a reflexionar. Estoy abatido, no he conseguido nada…”

La segunda alma explica: “Pues yo he acabado verdaderamente cansada. Al principio me divertí mucho, pero después llego un momento en que estaba saturada, es tan intensa la experiencia y tan incomprensible, que no he podido entender el sentido de nada de lo que me pasaba, pues solo estaba centrada en experimentar.”

Conclusión: ¿Cuál es el alma más evolucionada? Ninguna de las dos, pues ninguna ha entendido el sentido de la vida. La vida no hay que tomarla tan serio como el alma misionera, ni hay que tomársela demasiado a la ligera como el alma materialista. El truco esta en no tomarse demasiado en serio la vida, divertirse y ser feliz, pero con responsabilidad. Ser responsable pero no caer en el dogmatismo, saber divertirse pero no caer en la imprudencia y en la ligereza.

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